Platón: El sentido de mi filosofía
Hay que entender mi filosofía como una reacción contra las doctrinas filosóficas y epistemológicas de los sofistas, tales como el relativismo, el escepticismo y el empirismo político. Otro pensamiento que me influyó es la insatisfacción y descontento con la situación política de mi época.
Para mí el conocimiento perfecto y justo que los gobernantes tienen que alcanzar es por dos razones: gobernar con justicia la ciudad; despreciando las riquezas y los honores, lo cual sería la mejor garantía de que no acuden a la política por la ambición de enriquecerse, como hacen los políticos de mi tiempo. Para esto propongo una solución a los males políticos que es la doctrina política del filósofo-gobernante.
Sólo será posible alcanzar la virtud y la felicidad en el seno de un Estado justo y feliz. Sólo se podrá formar hombres justos y felices en un Estado justo y armonioso. Ahora la posibilidad de alcanzar un Estado justo y bien gobernado depende de los gobernantes que elijan. Aquellos hombres virtuosos y sabios serán capaces de alcanzar una sociedad feliz y bien gobernada.
Los filósofos que conocen la Idea de Bien –y aquí aplico el intelectualismo moral- necesariamente son justos y buenos al comprender las ideas de Justicia y del Bien. Lo fundamental para los filósofos es la educación, a través de la cual deberán aprender a gobernarse a sí mismos y a la ciudad a la luz de la verdad.
Al contrario que los sofistas, para los que la educación es una transmisión de conocimientos por parte del que sabe al que no sabe, como si se tratara de imprimir unos conocimientos que desconocen.
Por eso, los sofistas se olvidan que el alma de cada hombre puede alcanzar la verdad por sí misma, no guiar, sino orientar al alma hacia lo verdadero y lo bueno (las Ideas eternas) apartándolo de lo sensible y material donde jamás hallará la verdad y el bien.
Corina Stanciu
0 comentarios